Torre de São Paulo, Torre da Cadeia e vestígios da muralha
Fortes, Castelos e Muralhas
Fue le rey Pedro I, en el siglo XIV, quien ordenó la fortificación de Ponte de Lima. En aquella época, la localidad era un pueblo amurallado con 600 metros de perímetro, rodeado de diez torres y seis puertas. En el siglo XVIII, con el inevitable crecimiento urbano, se produce el desmantelamiento del sistema defensivo. De los restos de las antiguas murallas medievales se conservan la Torre de San Pablo, la Torre de la Cárcel y un pequeño trozo de muralla. La Torre de San Pablo está cubierta por una terraza y en la parte que da al río cuenta con un precioso panel de azulejos que representa al rey Alfonso Enríquez y la leyenda de Cabração. La Torre de la Cárcel Vieja, o Torre da Cadeia Velha en portugués, debe su nombre al hecho de haber sido un lugar de encarcelamiento. Actualmente alberga la Oficina de Turismo y una sala de exposiciones. En la orilla del Lima, las dos torres se imponen de forma altiva en el horizonte. Son un buen pretexto para pasear por la orilla del río y por su extenso arenal. A lo largo de la ruta verá marcas en el suelo de la localidad, que permiten imaginar cómo serían las antiguas murallas en toda su extensión. Le recomendamos que suba a la muralla y disfrute de las magníficas vistas al puente romano.